domingo, 11 de octubre de 2015

Amante infiel

La vida es una amante infiel. Esa a la que llamas puta, porque justo después de haberte despellejado vivo y roto en mil pedazos, te das cuenta de que sigue estando jodidamente atractiva así de despeinada y desaliñada, e inevitablemente, te mueres por seguir conociéndola.
De hecho, es una infiel hipócrita, que te pide sin derecho alguno que jamás le pagues con la misma moneda. Aun así, tan engreida y caprichosa, seguimos perdonándola cada vez que nos traiciona.
Todos dicen que vale la pena tan espectacular amante, y es que es esa relación eterna de amor-odio lo que nos excita tanto.
Quejémonos de que nos quita más de lo que nos da; aunque, quizás sea eso es lo que tienen los buenos amantes: pueden ofrecernos ese algo que eclipsa con creces lo que nos está arrebatando.
Te saca a bailar, pero no con ella, sino a su son, mientras te pide que te dejes llevar y que por favor no le pises los pies.
Ella es la marejada que golpea duramente la proa mientras tú aguantas el timón, no hay más que hablar. Siempre puedes tratar de ir contra corriente, pero recuerda que si hay tormenta... El capitán siempre se hunde con su barco.





No hay comentarios:

Publicar un comentario